domingo, 25 de marzo de 2018

En un periodico de Yucatán: "Más hombres, menos machos"



Ese es el identificativo de la nueva plataforma que se lanzó este mes desde Cuba, integrada por hombres profeministas

Por Marina Menéndez (Especial para Por Esto!)

Fotos: LisbetGoenaga


La Habana, marzo, 2018.- La masculinidad hegemónica transmitida culturalmente por las sociedades patriarcales, perjudica tanto a las mujeres como a los propios hombres.

Si ellas son víctimas de la discriminación que les impone una sociedad donde se preconiza la superioridad del sexo opuesto, ellos resultan también, de algún modo, violentados, al verse en la obligación de asumir los roles machistas que les imponen.


Las consecuencias negativas para los del sexo masculino pueden verse en índices no privativos de Cuba. Por ejemplo, el 90 por ciento de la población penal mundial está compuesto por hombres; ellos constituyen los mayores porcentajes de infectados por el VIH y, en la Isla, el cáncer de próstata es su segunda causa de muerte.

¿Los motivos? El papel de machos que supuestamente deben representar los lleva a menudo a capítulos de violencia social; ese mismo desempeño “viril” hace que no se protejan durante las relaciones sexuales y, mayormente, tampoco permiten el tacto rectal que se usó, hasta hace poco, como vía principal para detectar las enfermedades de la próstata pues para ellos el ano es zona vedada, como símbolo de hombría...
Yonnier Angulo (derecha), coordinador de la Riam, y Jesús Muñoz (izquierda), integrante.

Se trata de una de las aristas de la que los investigadores sociales del patio llaman “tríada de la violencia”: violencia de hombres contra hombres, de hombres contra mujeres, y de los hombres contra sí mismos, que es el caso de aquellos ejemplos.

Yonnier Angulo, un joven que es ya profundo conocedor de estos asuntos, opina que “la cultura nos hace hombres hegemónicos, que es la masculinidad más conocida y la que más daño nos hace. En esa cultura de la violencia tenemos que ser violentos por naturaleza, cuando no es así. Tenemos que ser conquistadores sexuales…”.

Coordinador de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades, que tiene su centro en Cuba, Yonnier ofrece más detalles a Por Esto! sobre los asuntos que ocupan a esta suerte de alianza que trabaja contra los mitos de esa arcaica masculinidad.

“Cuando asumimos una masculinidad hegemónica, muchas veces asumimos una actitud agresiva contra nuestro cuerpo y nuestra salud (hombres contra sí mismos). Por ejemplo, se consumen anabólicos, drogas, y se asumen actitudes de riesgo. Aquí en Cuba, vemos adolescentes que se dedican a colgarse de los buses en bicicleta, o se lanzan al mar desde el muro del Malecón en forma peligrosa, todo como muestra de presunta virilidad y hombría”.
También defienden la no violencia contra la mujer y la equidad de género, porque comparten trincheras con ellas.

“Nosotros nos dirigimos al trabajo con hombres. Pero somos hombres con una actitud profeministas: somos aliados de las mujeres y de todos los derechos que han logrado. Enfocamos el tema de la violencia para trabajarlo con los hombres”, explica.

La Red surgió hace poco más de diez años de la mano de fundadores como el Doctor Julio César González Pagés, y se creó por la necesidad de debatir en el país estos asuntos.

“Si no logras un hombre con una masculinidad diferente, estos tampoco van a apoyar los proyectos de emancipación de las mujeres”, advierte Jesús Muñoz, quien junto a Yonnier lidera el proyecto y se ocupa del área comunicacional: un eslabón fundamental del trabajo, pues todo pasa por la divulgación.

No constituyen una institución. Se definen como un grupo de personas con inquietudes en torno a estas problemáticas, y están apoyados por organismos como la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), el Instituto Internacional de Periodismo y la Unión Nacional de Juristas, y han tejido alianzas con la Editorial de la Mujer, el proyecto Palomas, el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) y el Centro Oscar Arnulfo Romero.

La paternidad responsable, antagónica a la imagen del padre proveedor sobre cuyas espaldas recae la responsabilidad de sustentar económicamente al hogar y nada más, es otra dirección de su trabajo.

Es un campo donde queda terreno por desbrozar, como lo indica el hecho de que solo aproximadamente 150 hombres cubanos se hayan acogido hasta hoy al Decreto-Ley emitido en 2003, que les permite tomar licencia laboral para ocuparse de los bebitos en lugar de las madres cuando estas paren.

Pero, si bien el papel de proveedor les coloca en una posición hegemónica, también deposita sobre sus hombros una responsabilidad que se resiente en tiempos de crisis económica y constituye causa, en no pocos países, de muchos suicidios masculinos.

“Parte del trabajo que hacemos es ese: desmontar y de construir esa masculinidad, que al final es un arma de doble filo para nosotros”, asegura Yonnier.

Ceder privilegios


Además de haber contado con un vínculo que los condujo desde sus respectivos estudios académicos hasta aquí, tanto Yonnier como Jesús tienen experiencias de vida que los acercaron a este mundo.

Yonnier tenía 12 años cuando sus padres se divorciaron y sintió desde temprano la expectativa familiar de que él reemplazaría al «padre proveedor», una responsabilidad que sentía pensada sobre un niño de esa edad.
Jesús es oriundo de la provincia de Pinar del Río, donde cohabitó con la violencia, común a Cuba y al mundo, con la bebida y el alcoholismo, y con “la necesidad que tenemos los hombres de estar ratificando todo el tiempo nuestra masculinidad, sobre todo en lo que tiene que ver con nuestras relaciones de pareja”.

Luego llegó a la capital, y sus recursos económicos tampoco se ajustaban a algunas lógicas del macho proveedor. Le atrajo el tema acerca de “cómo se vive una masculinidad diferente, liberándote de presiones”.

Ahora desarrollan con gusto un trabajo que asumen como activistas, independientemente de sus respectivas profesiones, y para el cual han ganado el concurso de líderes natos de opinión entre los que se encuentran deportistas de la talla del campeón de lucha grecorromana Ismael Borrero y el músico David Blanco, entre muchas otras personalidades del deporte y la música.

Se preparan para la VIII Jornada de Estudios sobre Masculinidades, que será el próximo día 7, y que debe llamarse “Más hombres menos machos”, según acordaron con líderes de otros proyectos en Nicaragua, Bolivia, Ecuador y otros países de Latinoamérica.

“Los hombres sufrimos muchas violencias, pero ninguna es por el hecho de ser hombres, explica Jesús. Al contrario. Y la Red también te enseña que para vivir una masculinidad más plena, de alguna manera hay que ceder algunos de esos privilegios que las sociedades machistas nos han entregado.

Tomado de:  https://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=16&idTitulo=630134

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